La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento neurológico caracterizado por atrofia cerebral, con trastornos de la memoria y decadencia mental progresiva. Se produce declinación marcada de las neuronas cerebrales, detectable por el dosaje de CAT (enzima que cataliza la síntesis de acetilcolina). Se asocia con trastornos de la memoria (amnesia) y la atención, empobrecimiento del lenguaje, desorientación témporo espacial, incoherencia, fabulación.
Su evolución es progresiva (meses) a un cuadro clínico afaso-apraxo-agnósico, con desorganización gestual (secuencia de vestirse o higienizarse). Trastornos del juicio y el razonamiento. Previa evaluación neurológica, se estadifica el paciente según diferentes escalas clínico conductuales. Para el diagnóstico diferencial con otras demencias (vascular, asociada a la enfermedad de Parkinson) se ha empleado el Minimental State de Folstein (Folstein M F; Folstein S E; McHugh P R. Mini-Mental State. A practical method for grading the cognitive state of patients for the clinician. J Psychiatr Res 1975; 12: 189 – 198). En la tabla siguiente puede observarse los disintos puntajes en el diagnóstico diferencial de las demencias de Alzheimer, vascular o multiinfarto y asociada con la enfermedad de Parkinson.
Así categorizados se ha podido estudiar un número de 16 pacientes con enfermedad de Alzheimer inicial, en el período 2008-2014, con respuestas favorables en cuanto a las diferentes variables evaluadas. Especialmente mejoría en la memoria visual, lectura y copia, así como franca normalización de las praxias de vestir, alimentarse e higienizarse.
En 13 de los casos se corroboró una notoria disminución de la dependencia para las maniobras de la vida cotidiana. El procedimiento de terapia celular con progenitores autólogos de médula ósea, permite vislumbrar un campo de creciente investigación en el amplio espectro de las demancias, patología progresiva e invalidante con un elevado costo personal, familiar, laboral y social.